jueves, septiembre 01, 2005

DOS... (o contando la misma historia desde otro enfoque)

Se nota que aún somos neófitos en estas, las aguas editoriales. Una vez apreciamos la maqueta impresa, que representa todos nuestros esfuerzos concentrados en un puñado de hojas, sentimos que la mayor de todas las tareas estaba cumplida. Sólo nos faltaba enviarla a imprimir para tener las copias a la venta. Y aminoramos un poco el paso que llevábamos.

Pero comenzaron a surgir algunos imprevistos menores. Nada grave que una trasnochada no pudiera corregir. Hizo falta un temporal (¿alguien tiene pensado un temporal mientras hace una revista?) para aprender un par de cosas. La más importante es tener presente la posibilidad -siempre al acecho- de que “el pan se quema en la puerta del horno”. Puedes tener todas las variables analizadas, pero sólo las que te competen dentro de tu esencia como ser humano. Existen muchas que están por sobre de ti y tus proyectos, que pueden aparecer en cualquier momento de tu vida. Y ni siquiera las notarás. Pero créanos, por alguna razón incomprendida es altamente probable que las experimentes cuando menos las necesitas. Y hasta ahí no más llegó tu proyecto.

Mala fortuna. Falta de mayor planificación y logística. Cualquier cosa es mera retórica cuando el resultado es negativo. Nadie espera el qué, el cómo o el porqué. Lo que cuenta es aquello palpable, o en este caso, aquello “leíble”.

Seguramente porque el novato también conlleva algo de suerte intrínseca, zafamos de todo lo que nos cayó encima –metafórica y literalmente- y NAUTILUS ya está operante. Nos quedaremos con las lecciones. La idea es que ahora ustedes se queden con nuestra revista.